Es especialmente importante abordar el problema de los depósitos verdes en su origen, es decir, las algas. Eliminar las algas evitará que crezcan musgos (con costra) y que dañen el sustrato. Además, los musgos son más difíciles de eliminar.

Existen varios medios para eliminar y/o remediar los depósitos verdes. No todos son eficaces e incluso pueden ser contraproducentes.

Un remedio común para hacerlo uno mismo es una mezcla de agua y bicarbonato sódico o una mezcla de agua y vinagre. Obviamente, estos remedios son fáciles y baratos, pero no serán eficaces a largo plazo.

También existen métodos de limpieza mecánica, como el pulverizador de alta presión. Un pulverizador de alta presión eliminará las algas y los musgos en muchos casos. Sin embargo, la alta presión hará que el sustrato se vuelva áspero y poroso. De hecho, esto convierte el sustrato en un entorno ideal para las algas, por lo que éstas volverán más rápido y de forma más persistente.

Luego están los eliminadores de algas profesionales. Estas mezclas químicas suelen basarse en cloruro de didecildiamonio (una sal de amonio cuarternario) y tensioactivos, como el eliminador de algas Mavro. Se garantiza que estos productos eliminan eficazmente las algas y protegen a largo plazo contra el crecimiento de nuevas algas.

Con el tiempo, incluso después de utilizar Mavro Algae Remover, los depósitos verdes volverán a aparecer. Afortunadamente, esto tiene solución. Una forma excelente de evitar los depósitos verdes es impregnar la fachada. Un agente impregnante como Mavroseal WB y Floorguard hará que las baldosas, el hormigón, la mampostería y otros sustratos sean hidrófugos durante mucho tiempo (>5 años). Por lo tanto, incluso durante los meses húmedos y fríos del año, una fachada impregnada simplemente permanecerá seca, impidiendo que las algas tengan la oportunidad de crecer.